Recomendaciones para la aplicación de los mapas mentales en la escuela primaria.
Primer ciclo:
• Los mapas solo deben de contener dibujos, símbolos gráficos,
imágenes, etc. Carece de sentido la utilización de palabras, porque aún
no dominan la lectoescritura.
Segundo ciclo:
• Se puede introducir el uso de palabras junto con la diferenciación de las
ramas en principales y secundarias: La imagen, el color y el dibujo son
elementos importantes del mapa mental, por lo que no hay que
prescindir de ellos. En el proceso de adquisición técnica de los mapas
mentales, puede introducirse el trabajo “por parejas” e, incluso, el trabajo
por grupos pequeños, antes de la puesta en común.
Tercer ciclo:
• El proceso puede iniciarse con la presentación del mapa mental y la
explicación de los distintos elementos y de su estructura. Se introduce la
discusión en pequeños grupos, para aclarar ideas, dudas e
interrogantes. Tras una puesta en común, se resuelven todas las
incertidumbres planteadas. En este momento, puede pasarse
rápidamente a la elaboración de un “minimapa” grupal.
Zoraida G. de Montes nos hace unas importantes recomendaciones de lo que
no se debe de hacer cuando realizamos un mapa mental:
no se debe de hacer cuando realizamos un mapa mental:
• Usar papel en posición vertical: limita el aprovechamiento del espacio,
ya que la escritura natural es horizontal y por lo tanto, se necesita
suficiente espacio para el mismo, también porque al tratar de visualizar
el mapa completo tienen que girarlo para leer con facilidad, lo que
impide una visión global del contenido.
• Dejar líneas sin unir: uno de los principales objetivos del mapa es que
todo esté relacionado y asociado. Dejar líneas sin unir implicaría dejar
información flotante, no asociada al tema y sin relaciones jerárquicas.
Limita la producción de nuevas ideas.
• Usar letra corrida: dificulta la lectura y visualización de las palabras. No
ayuda al recuerdo y ocupa más espacio.
• Usar pocos colores o muy similares: cada color debe ser asociado a una
idea o subcentro. También lo contrario sería contraproducente el exceso
de colores crearía confusión entre los subcentros.
• Dejar de usar símbolos o imágenes. Este haría que el mapa mental
consistiera sólo en líneas y textos, haciéndolo monótono y simple. Las
imágenes y los colores que utilizas en él son el imán de atracción del
mapa para activar el hemisferio derecho, la creatividad y la imaginación.
Los resultados aún no los puedo valorar, no sé si cuando egresen aplicarán
esta estrategia en sus grupos escolares, qué resultados obtendrán, si ella hizo
alguna modificación en su forma de apropiarse de los contenidos, sé que el
aprendizaje es un largo proceso, pero como en todo proceso en ocasiones hay
retrocesos, sin embargo sigo avanzando en esta aventura de ser maestra y
creyendo que los maestros de hoy deben de hacer énfasis en la facilitación del
aprendizaje a los alumnos, en la incorporación de nuevas tecnologías, abiertos
al cambio, pero sobre todo amar y respetar su profesión.